domingo, 27 de septiembre de 2015

Quiero soñar que camino

Quiero soñar que camino en un bosque en el que no existan historias. En el que no haya lobos feroces, ni juegos de escondidas, ni senderos que se bifurcan, ni voces que susurran. Quiero que ninguno de los árboles de ese bosque se parezca a otro o a mí, que sean asimétricos y que no formen pasillos de ningún tipo. Quiero que crezcan como si una mano invisible y gigante hubiera lanzado semillas desde una nube. Quiero que esa mano tampoco exista. Y que el sol sólo proyecte la sombra de las cosas y que se oculte en el oeste.
No quiero que ninguna bruja salga a mi encuentro. No quiero ver alas de ángeles cruzar el cielo, ni encontrar cabañas con cortinas que se muevan, ni vislumbrar paraguas que se sostengan solos, ni cruzarme con personas vestidas de azul que regalan verdades, ni sorprender a hadas desnudas en un lago. No quiero que ese lago sea un espejo.
Quiero que el bosque del sueño en el que camino no sea tan grande, ni que sea de metal y vidrio. Quiero caminar hasta su centro metafórico y descubrir que no conozco lengua alguna. Y que no puedo pensar en palabras, sino en imágenes, en colores.
Quiero soñar que camino en un bosque. En un mundo donde los bosques y los finales no existan. Y que de alguna manera, el despertador no suene.

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