viernes, 10 de octubre de 2014

...Y los sueños, sueños son

Un principal problema con la vida como única forma de vida, después del problema que sugiere vivirla, es que cuesta creerle. Todo miente. Todo miente diciéndonos verdades a la cara, cachetada tras cachetada imaginaria. Cuando no puedo existir es el momento en que precisamente en algún rincón existo. Todo nos miente. Pero no hay que pensar en eso. Hay una puerta trasera del universo que siempre nos será oculta y hay un gran misterio que sabemos bien, pero que nunca descubriremos. Lo cubierto nos tranquiliza. Lo vedado nos atrae. Nos atrapa lo que se insinúa y se sospecha, pero no esa carne otra que es... 
No quiero (no sé) completar la frase.

Tal vez, en el último segundo, surge algo desde lo más latente del alma y las novias no quieren que se les quite el velo delante de la cara. A veces sueño que el mundo tiene un enorme velo de novia en la cara y que las personas ven todo como si pudiera ser real. Después se dan cuenta que ellos son sólo producto de mi sueño y me matan. Entonces despierto y apago el despertador. Voy sin abrir los ojos hasta la cocina porque me gusta el trayecto familiar y frío del departamento. Me preparo café y lo tomo hasta la mitad. Me visto sin intención y me calzo el sombrero. Salgo al pasillo y cierro la puerta. Recién en el espejo del ascensor me doy cuenta que yo no tomo café. Y despierto con el beso soñado de alguien, y me abraza y siento que la abrazo, hasta que sale del armario un cuervo gigante que nos come a ambos. Y despierto otra vez y tengo una vida tan conocida y real como la anterior, que se siente tan real como un sueño en el que te asesinan. Y vuelvo a despertar. Y nos pasamos la vida despertando de sueños.
Apúrense a leer esto antes de que despierten. O tal vez quieran hacer algo más interesante como volar un momento. Pero si leen esto, y me encuentran por la calle, agárrenme por la espalda y tirenme debajo de un colectivo. O si prefieren, dispárenme en la frente. Yo los entenderé, porque los estoy soñando. Y no ser real es bastante injusto.

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