viernes, 20 de diciembre de 2013

Tíos

"Estamos hechos de la misma tela que los sueños, y nuestra breve vida termina con un sueño"
Tío Shakespeare

Nosotros, los letrados, tenemos muchos tíos y tías.
Está el tío Shakespeare, el tío Bajtín (que es muy redundante cuando se le da por ser redundante), el tío Rest (siempre tan conciso y que prefieren que lo llamen Jaime), la tía Austen, el tío Poe (que no le gusta venir para las fiestas y siempre está solo), el tío Seassure (que con la tía Kovacci siempre corrigen a todos y nadie se los banca), el tío Dante (que si se enoja putea en italiano y nos condena a sus infiernos), el tío Borges (que hace que nos perdamos como en un laberinto cuando habla), el tío Hauser (que siempre se va por las ramas y sospecho -sólo sospecho- que desprecia a los románticos), el tío Barthes, la tía Magda (que creo que es feminista porque se lleva bien con la tía Austen, y a veces discute con el tío Dubby), el tío Cervantes (que dice mi mamá que estuvo preso), el tío Ong, el tío Maupassant (o Masapan), el tío Homero, el tío Virgilio, el tío Aristóteles (que juegan entre sí a ver quién tiene la barba más grande), el tío Cortazar (que enamora a mi hermana con sus palabras y a veces compite con el tío Byron por quién tiene más levante), el tío Rimbaud (que a mí edad escribía como un 'jo mil y después sólo lo dejo), el tío Baudelaire, el tío Malarmé (que tiene un pedo increíble en la cabeza)...
Son muchos. Y hay muchos más que todavía no conocemos. Nosotros, los letrados, de algo no nos podemos quejar: tenemos una familia muy grande.
Eso sí: en tu cumpleaños, siempre recibís el mismo libro de la misma edición que no logran vender. Son unos lacras.

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